Memoria sensorial:
Tiene la capacidad de registrar por un breve lapso la información que percibimos mediante nuestros sentidos. Dentro de la memoria sensorial podemos identificar dos tipos:
La memoria ecoica, también llamada sensorial auditiva, se encarga de almacenar
por breves instantes los primeros segmentos del estímulo auditivo; este
tipo de memoria es la requerida para llevar a cabo una conversación y por ende
para hablar.
La memoria icónica, también denominada sensorial visual, se encarga en
conservar durante un breve periodo de tiempo las imágenes percibidas durante la
fijación ocular. Esta memoria se encarga de captar el movimiento de las
imágenes, y que las mismas permanezcan un tiempo en nuestra memoria antes de
que estas se desvanezcan
Memoria a corto
plazo
también denominada memoria operativa,
retiene la información generada por el medio que nos rodea, pero con una
capacidad limitada. La información obtenida desaparece en un lapso de hasta 45
segundos aproximadamente, a menos que esta sea conservada en nuestra
memoria con ayuda de la función de recuperación.
Según la teoría “lapsus de juicio absoluto” de Miller, en la memoria a corto plazo sólo podemos almacenar
siete ítems, esto se debe a que la memoria a corto plazo tiene una capacidad
limitada para procesar los estímulos que han sido generados mediante la percepción
de un elemento determinado. Una de las consecuencias más comunes de la memoria
a corto plazo es la pérdida de los recuerdos (el olvido).
Memoria a largo plazo
este tipo de memoria puede almacenar
permanentemente la información, esta memoria presenta una capacidad ilimitada
para el almacenamiento de información.
Dentro de la memoria a largo plazo podemos encontrar varias divisiones:
Memoria declarativa: se encarga de almacenar información sobre los
acontecimientos; por ej: nombres, fechas.
Memoria procedimental: es la encargada de almacenar el conocimiento de las
habilidades motoras y de los procedimientos realizados en el entorno. Nos
muestra recuerdos que hemos almacenado mediante la práctica; por ej:
peinarnos, escribir.
Memoria episódica: este tipo de memoria almacena (en ciertas ocasiones
detalladamente) nuestras experiencias. Nos permite recordar vivencias y
episodios ocurridos en un determinado lugar.
Memoria semántica: este tipo de memoria almacena el
conocimiento necesario para el uso del lenguaje, hechos relacionados con el
mundo y conocimientos generales que no están por lo general basados en
experiencias propias.
Memoria explícita: a diferencia de la memoria implícita, con este tipo de
memoria si sabemos que contamos con dicha información. La memoria explícita
almacena información sobre hechos, aprendizajes y vivencias propias, de las que
somos totalmente conscientes.
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